Juan Mariné habla sobre los Estudios Orphea Film
La
Acadèmia del Cinema Català homenajeó el 27 de noviembre en el CaixaForum los
estudios de cine sonoro que hicieron de Barcelona el centro de la producción
estatal en los inicios de la década de los años 30: Orphea Film, ubicados en lo
que había sido el Palau de la Química de la Exposición Universal, y Estudios
Trilla, en el antiguo Pabellón de la Metalurgia. Isona Passola, presidenta de
la Academia, destacó la tarea de recuperación del patrimonio cinematográfico
catalán que lleva a cabo la entidad, reivindicando espacios con un significado
clave y hoy olvidados.
El
artista Roc Blackblock firma el mural urbano conmemorativo que se puede ver en
la Avenida Ferrer Guardia, próximo al edificio de Caixaforum, y que ha pintado
en los últimos días. Una vez inaugurado, el homenaje continuó en el Auditorio
del CaixaForum con un montaje inédito de Jordi Morató, construido con
fragmentos de archivo de la Barcelona de la época, imágenes de los estudios y
de películas producidas en estos platós. Fue sonorizado en directo, tal y como
se hacía en los orígenes del cine, por Kiku Vidal, sus hijos y su pareja, dos
generaciones de una familia de larga tradición en el oficio del sonido. Tras la
proyección, la periodista Montse Virigili condujo la mesa redonda sobre la
memoria cinematográfica de Barcelona, que contó con la participación de
Esteve Riambau, historiador de cine y director de la Filmoteca de Cataluña;
Toni Vall, periodista; Luci Lenox, directora de casting, académica y conocedora
de la época de los Estudios, y Amanda Villavieja, sonidista. Al homenaje se
sumaron testimonios de Orphea, como Horacio Seguí, fotógrafo que retrató los
rodajes; Juan y Lidia Minguell, nietos de Manuel Soriano, operador de cabina de
los estudios; Eulalia Perafita, hija de un constructor de decorados; Rosa Arcas,
vecina del barrio, que de pequeña vio el incendio de los Orphea; o Paco Marin,
hijo de Paco Marin, operador de cámara, entre otros. También estaba previsto la
proyección del vídeo de Juan Mariné, patrono de honor de la Fundación Aula de
Cine, recordando los dos incendios que se produjeron en Orphea.
Esteve
Riambau desmitificó la leyenda de los Orphea, "seguramente alimentada por
el incendio que puso punto y final a estos platós". Su trayectoria fue
irregular, recordó el director de la Filmoteca, "tributaria de unos
personajes más propios de la picaresca que de la heroicidad". Riambau repasó
sus tres etapas: "una primera republicana, desde su constitución en el
Palau de la Química con la llegada de un equipo francés con unos camiones y
material alquilado que no volvieron nunca. Una segunda, durante la Guerra
Civil, cuando los estudios son confiscados por los anarquistas y la CNT y se
infiltra Paco Elias, quintacolumnista reconocido. Y una tercera, cuando los
estudios vuelven a la propiedad de Aragonés y Pujol, con un tercer socio. Bajo este
triunvirato Orphea produce unas 150 películas. La industria catalana quedaría
definitivamente desmantelada cuando las sucursales de las majors marcharon a Madrid ".
Luci
Lenox, directora de casting y experta en la época de los estudios en Hollywood,
manifestó su sorpresa por la falta de memoria de nuestro país. "Me
sorprende que no se conozca la historia del cine de aquí, que comenzó a la vez
que en Estados Unidos. Aquí siempre hay misteriosos incendios, se podría hablar
de la conspiración del fuego en la industria catalana ".
"Vivimos
una aniquilación del patrimonio cultural y urbanístico de Barcelona, una
ciudad donde tenemos una política muy precaria de conservación de la
historia", recordó el periodista Toni Vall, antes de enumerar las salas
que tenía Barcelona en 1995 y lamentar el uso actual de algunas de ellas: Cine
ABC (hoy un supermercado), Astoria (ahora una discoteca), Alexandra (un Mango),
Dante (después Lauren Horta, y hoy sala cerrada), Diagonal (actualmente una
tienda de luces), Club Pere IV, Club Doré, Regio Palace, Río, Rívoli, Victoria,
Fantasio (un Benetton hoy), Fémina, Cine Publi (una Nespresso), Savoy,
Aquitania (primer Filmoteca y actualmente un teatro), Nápoles (hoy los cines
Phenomena ), Texas (al ser los Lauren Gracia han vuelto a recuperar el nombre
original), Waldorf, Florida (Renoir Floridablanca actualmente), Renoir les
Corts, Lauren Sant Andreu, Club Coliseum, Alcázar (ahora Casa del Libro),
Balmes (un gimnasio), Rex, Urgell (con unas obras paralizadas), No vedadas (un
solar), Maremagnum y París (un Zara).
Del
amplio abanico de profesionales técnicos que la Academia quiere reivindicar, se
encuentran los y las sonidistas. Barcelona es actualmente una verdadera cantera
de artistas del sonido, con referentes de altísimo nivel, a pesar del poco
reconocimiento del público y la propia industria. Amanda Villavieja, presente
en el homenaje, recordó que el suyo es "un oficio de conocimiento y de
proceso de escritura, de captar el mundo sonoro que tenemos delante. Es
importante reivindicar lo sonoro en el trabajo del audiovisual. Hay un gran
handicap: mucha gente cree que el sonido es la palabra, pero está inserta
dentro de un espacio o paisaje sonoro, conformado de diferentes elementos". Ha aprovechado su intervención para anunciar la creación de la
Asociación de Profesionales del Sonido Audiovisual (APSA), presidida por Isaac
Bonfill. "No sólo servirá para reivindicar el oficio, también será una
manera de dar a conocer nuestro trabajo", remarcó la sonidista.
Han colaborado en el
acto del homenaje a los Estudios Trilla y Orphea Film Caixaforum Barcelona, Obra
Social La Caixa, Filmoteca de Catalunya, Districte de Sants-Montjuïc, Filmoteca
Española, EGEDA, Fundación Aula de Cine Colección Josep M. Queraltó y Gramona.
Josep M. Queraltó y Valentí Farràs, director de Caixaforum Barcelona
Josep M. Queraltó, el artista del mural Roc Blackblock, y el patrono de honor de la fundación, Tomàs Pladevall
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