El
22 de febrero se inauguró la exposición “Barcelona, la fachada del cine – Los
orígenes del séptimo arte” en el Espai Catalunya-Europa en Bruselas (Bélgica),
una exposición que muestra el vínculo de la ciudad catalana con el cine desde
sus orígenes. A través de una cuarentena de acuarelas de las primeras salas de
exhibición en la Ciudad Condal, tres cámaras de filmar de los primeros tiempos
y 12 fotografías de objetos claves en el nacimiento del cine, el visitante
tiene la oportunidad de conocer la historia de las salas barcelonesas plasmadas
en bonitas pinturas y la evolución de la técnica cinematográfica.
En
el acto inaugural intervinieron, con breves discursos, Amadeu Altafaj,
representante de la Generalitat de Catalunya ante la Unión Europea, el
propietario de la colección, Josep M. Queraltó, Jordi S. Bonet, de la Fundación
Aula de Cine Colección Josep M. Queraltó. y Jan Runge, CEO de Union Internationale
des Cinémas / International Union of Cinemas (UNIC), entidad con la que la
Fundación firmó un convenio de colaboración en el 2016.
La
Fundación Aula de Cine Colección Josep M. Queraltó ha seleccionado estas piezas
para explicar la cara más social de la historia cinematográfica de Barcelona. A
través de las acuarelas pintadas por el artista catalán Josep Marfà, se hace un
recorrido por los inicios de las salas cinematográficas de la ciudad, desde cines
como Roxy, Beliograff, Reina Victoria, Comercio y Capitol, hasta Verdi, Savoy, Excelsior
y Comedia. Estos cuadros forman parte de la Colección Josep M. Queraltó,
considerada una de las colecciones privadas más importantes de Europa, con más
de 20.000 piezas.
Las
tres cámaras expuestas son una André Debrie, mod. Le Parvo de 35mm de la década
de 1910 (Francia), que perteneció a Ricardo de Baños, un pionero del cine
catalán que hizo la primera filmación en movimiento en España y consistió en
colocar su cámara en un tranvía que hacia un recorrido a lo largo del Paseo de
Gracia pasando la plaza Lesseps; una Gaumont de 60 mm de 1902 (Francia), modelo
único ya que era un prototipo que finalmente no se comercializó; y una Ernemann-Werke
de 35 mm de 1916 (Alemania).
Josep M. Queraltó aprovechó su estancia en Bruselas para visitar lugares emblemáticos como la Grand Place.
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