La Junta Directiva del Cercle de Cultura acordó en la reunión que celebró el 23 de febrero la redacción de un documento-manifiesto, titulado "A favor de una excepción cultural", que mostrara la opinión de esta entidad respecto a los anuncios de los recortes presupuestarios por parte de la Generalitat que afectarán al sector cultural. Ayer, 10 de marzo de 2011, se hizo público su contenido en el Cercle d’Economia de Barcelona en una rueda de prensa ante los medios de comunicación y sus socios.
Josep M. Queraltó, miembro del Cercle de Cultura, acudió al acto interesado en lo que allí se iba a presentar.
El presidente de la entidad, Pere Vicens, presidió el acto de presentación del documento junto al vicepresidente segundo, Xavier Bru de Sala; el secretario y tesorero, Daniel Martínez; y los vocales Xavier Marcè y Ezequiel Baró. También estuvo compartiendo la mesa Carles Cuatrecasas, presidente de la Fundació Cercle d'Economia.
El Cercle manifestó su satisfacción por el nombramiento de Ferran Mascarell como Conseller de Cultura ya que es una persona que reúne las condiciones necesarias: tener larga experiencia y un reconocido prestigio en el mundo de la cultura. Pero también aclaró que no puede manifestar similar satisfacción respecto a los recursos económicos que el Gobierno de Cataluña destina a la Cultura.
Bru de Sala no ocultó el carácter "reivindicativo" del documento, pero remarcó que la función del Cercle de Cultura es prescriptora y pedagógica. El manifiesto pone el acento en que cualquier reducción se hace sobre un sector "mayoritariamente deficitario" y califica los ajustes presupuestarios anunciados por la Conselleria de Cultura como una "reducción sobre la reducción". Además de la excepción cultural reclama una mayor eficiencia en la gestión y un nuevo marco jurídico y económico.
El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, es uno de los socios fundadores y tuvo que dimitir como vicepresidente primero de la entidad cuando aceptó el cargo de Conseller de Cultura.
Tanto Mascarell como el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ya han recibido el manifiesto, y proximamente llegará a otras entidades implicadas, como ayuntamientos, empresas privadas y cajas de ahorro que desarrollan una labor cultural.
En conclusión, dice el manifiesto, si gobernar es priorizar, y el propio Gobierno de Cataluña usa el eufemismo de áreas de atención especial, el hecho de situar la cultura en el recorte general y lineal en lugar de atender su singularidad, significaría comenzar este nuevo período insistiendo en la discriminación histórica que ha sufrido la cultura en vez de iniciar el camino que le permita convertirse en eje vertebrador de Catalunya.
El Cercle de Cultura nació en 2010 como una entidad de carácter privado y asociativo, independiente, con voluntad de participar en la vida pública desde la pluralidad ideológica de sus miembros fundadores y futuros asociados. Nace con la vocación de convertirse en un espacio de diálogo y de debate a favor de la cultura y su mayor presencia y reconocimiento en la vida social catalana. En estos momentos el número de socios alcanza la cifra de 148.
De izquierda a derecha, Daniel Martínez, Josep M. Queraltó, Carles Cuatrecases, Pere Vicens, Bru de Sala, Xavier Marcè y Ezequiel Baró |
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