Josep M. Queraltó recibió recientemente la visita de un gran coleccionista de arte contemporáneo catalán, la del empresario farmaceútico barcelonés Antonio Vila Casas. Josep Maria agradeció enormemente dicha visita teniendo en cuenta la apretada agenda de este mecenas que ha donado todo su patrimonio a la Fundación Vila Casas, entidad sin ánimo de lucro creada por él en 1986 con el objetivo de promocionar el arte contemporáneo catalán desde la década de los 60 hasta la actualidad. Actualmente cuenta con cinco espacios museísticos: el Palau Solterra (Torroella de Montgrí, Girona), donde se exhibe la colección de fotografía catalana e internacional, con más de trescientas piezas; Can Mario (Palafrugell, Girona), donde está expuesta la colección de esculturas, con más de doscientas piezas; los dos Espais Volart (Ausias March, 20, Barcelona), dos galerías en un magnífico edificio modernista en las que se realizan exposiciones temporales, y, desde hace algo más de una año, Can Framis (Roc Boronat, 116, Barcelona), una antigua fábrica rehabilitada de 6.000 metros cuadrados donde se expone la colección permanente de pintura catalana que cuenta, por ahora, con seiscientas obras.
Finalizado el recorrido por el local, ambos coleccionistas hablaron de sus múltiples batallas por hacerse con las mejores piezas para engrosar sus respectivas colecciones. Cambia el contenido pero no la pasión por el objeto de deseo, un trofeo a la tenacidad y paciencia cuando se adquiere.
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